A sus 27 años Max Vivar, junto a su banda “Villa Cariño”, ya ha grabado dos discos (“15añero” y “Terapia intensiva”) conquistando en menos de tres años los más diversos escenarios de nuestro país. Frente a la consolidación de su banda y su creciente posicionamiento como figura pública, quisimos conocer más detalles sobre la vida de este cantante y compositor chileno.
Texto / Karina Otero Guitart
Texto / Karina Otero Guitart
Fotos / Mariana Torres Barahona
Y finalmente Max Vivar llega a un recóndito café de Providencia. Son casi las 5:00 pm. Se le percibe sereno, seguro, pero un dejo de timidez se solapa bajo sus constantes bromas, las que van distendiendo el ambiente. Simpático, espontáneo, pero siempre reflexivo, Vivar accede a contarnos algunos pasajes de su historia de vida, que nos van permitiendo conocerlo un poco más.
Comenzamos retratando su infancia y el modo en que ésta fue influyendo en su modo de ser. El cantante y compositor de “Villa Cariño” define sus primeros años como una época llena de recuerdos muy lindos pero otros muy tristes, no sólo por los constantes cambios de ciudad que lo separaron de sus primeros amigos, sino también por las constantes peleas entre sus padres que terminaron por divorciarlos a sus doce años. El compositor y cantante de “Villa Cariño” cuenta con tristeza que durante algunos años se mantuvo muy alejado de su padre: “Mi papá se fue, desapareció por un tiempo. La plata de él siempre estuvo, pero hubo un tiempo que no lo vi. Claro, después volvió, nos reencontramos y nos hicimos muy amigos.”
Sin duda su llegada a Santiago y la entrada al Colegio Latinoamericano de Integración, durante séptimo básico, marcaron el inicio de un período de estabilidad en la vida de Max, porque fue ahí donde pudo, al fin, asentarse definitivamente y donde conoció a varios de los integrantes de su actual banda.
Luego de terminar el colegio, Max ingresa a la Universidad ARCIS a estudiar música, motivado por el afán de desarrollar su carrera como cantante, sueño que se vio amenazado hacia el año 2006, cuando a su padre de le diagnostica una esclerosis lateral amiotrófica. Una enfermedad degenerativa que deterioraba irremediablemente su musculatura hasta la muerte. La enfermedad de su padre gatilló en Max una profunda crisis que lo llevó a cuestionar, incluso, su continuidad en el ámbito musical, tal como nos cuenta muy emocionado:
“Yo veía a mi papá enfermo que se iba a morir, me tenía muy mal todo eso y le dije: Quiero congelar mi carrera y quiero estudiar otra cosa (más rentable). Entonces mi papá me dijo: Bueno, estudia otra cosa, pero no te va a gustar esa otra cosa que vas a estudiar. Yo que tu lo pienso mejor y cumplo mi objetivo que es tener una banda y grabar discos antes de pensar en el futuro, porque la vida se acaba en cualquier minuto y puedes pasar toda la vida trabajando en algo que no te gusta para llegar a un mejor futuro, pero resulta que en la mitad del camino te puedes morir y se acabó.”, recuerda emocionado.
Gracias a estas palabras y a la ayuda económica de su progenitor y de los demás integrantes de la banda, Max se decide a grabar su primer disco “Terapia Intensiva” (2009): “La muerte de mi padre me dio la frialdad para atreverme y para lograrlo y lo logré.”, afirma. Paradójicamente, el año 2009, cuando el disco se lanza y la banda comienza a adquirir éxito, su padre, finalmente, muere el 13 de Octubre.
El compositor y vocalista reconoce que el apoyo de sus mejores amigos y de sus “hermanos de vida” (como define a los integrantes de la banda) así como su carrera musical, fueron fundamentales para enfrentar la dolorosa pérdida de su padre, a quién escribe la canción “Fotos”: “Gracias a ellos y gracias a estar tocando tanto, esa pena que provocó la muerte de mi papá, la pude sobrellevar bien.”, comenta.
Sin duda esta experiencia, que Max define como “El dolor más grande de su vida”, nos permite entender el modo en que Max formula su modo de arraigarse en la vida: “A mí no me importa lo que va a pasar mañana. Me da lo mismo. No pienso en el futuro. Aunque ahorro parte de la plata que gano, porque en cualquier tipo de trabajo tú no sabes cuándo te va a ir mal. Pero no me importa pensar en el futuro, ni pasarlo mal toda la vida para tener un futuro próspero. Me da lo mismo y me da lo mismo lo que cada persona escoja hacer con su vida. Me gusta vivir la vida pensando que cada día puede ser el último. Tengo sueños pero no son trascendentales para mí.”
Además de este hito que marcó definitivamente su personalidad, Max nos cuenta que, durante su adolescencia, se vio fuertemente influenciado por la historia de la Revolución Cubana. Aunque Vivar se declara “Parte del sistema”, él no cree haber perdido el idealismo, tal como nos cuenta: “Tampoco voy a decir que Villa Cariño es una gran arma de lucha contra el sistema, porque evidentemente uno está inmerso y tiene que participar de cosas que están bien dentro del sistema. Pero no (hemos perdido el afán revolucionario) porque así como tocamos en el festival de viña o en el Amanda – donde la entrada es mucho más cara – vamos a estar el 1 de mayo en la plaza de concepción tocando gratis. En parte ha habido que participar, pero también nosotros tratamos de darle por algún lado a esta sociedad capitalista en la que gana el que tiene más plata.”
Si bien sus composiciones son cumbias románticas, que no tratan explícitamente temáticas sociales, Max nos cuenta que utiliza el espacio del escenario, en tanto espacio masivo, para comunicar sus denuncias: “Uno aprovecha el escenario y aprovecha de hablar, de comentar una noticia y por ahí hay dos o tres temas, de villa cariño, que tocan ciertas problemáticas y esos los aprovechamos para hablar, como “Cumbia” o “No” o en “Política, amor y Revolución”.”
Respecto a las consecuencias que la popularidad ha tenido en su vida personal, Vivar comenta que no se siente afectado por ella, agregando: “Lo que empieza a molestar es cuando gente que no te conoce y que no tiene idea de ti, hace juicios sobre tu persona, que están súper alejados de la verdad. Da rabia que en Chile, cuando uno empieza a hacer un poco más de ruido, aparece el típico chileno penca que hecha todo para abajo (Y no nos pasa sólo a nosotros) Eso es lo que no me gusta de empezar a hacer un poquito más de ruido, aquí existe una cultura de agarrar a piedrazos algo cuando está subiendo.”
Pese a la extrovertida personalidad y espontaneidad que proyecta Max en el escenario, con las que hace bailar a los más diversos públicos a lo largo de todo Chile, el cantante y compositor de Villa Cariño se nos revela bajo la figura de un hombre profundo, vulnerable, arraigado en el afecto de su familia (particularmente a su hermano menor en quien rememora la figura de su padre) sus amigos y sus casi cinco mil seguidores (con los que se mantiene permanentemente en diálogo).
grande max, te queremos loco!"
Muy buena la entrevista 😀
te entiendo muy bien todo lo que as pasado sigue adelante con tu convicion.
Notable entrevista , me agrado 🙂
Villa Cariños <3 !!
uuuyy fuerza mi vida eres lomjr eresdmc lindo cm persona te queremos viejito te amamosss eresss perfecto te amamoss <3 <3 :*
ALAS PARA VOLAR …MAX …
Estaba orgulloso de tí…y sin duda lo sigue estando
sigo pensando que todos son muy buenos en lo que hacen pero en ti ahi algo que resalta y creo que es esa humildad que tienes que te hace un gran musico y compositor espero sigas creando musica porque tus canciones son muy llegadoras y eso es lo que te hace bueno en tu rubro…. ALEN
sigo pensando que todos son muy buenos en lo que hacen pero en ti ahi algo que resalta y creo que es esa humildad que tienes que te hace un gran musico y compositor espero sigas creando musica porque tus canciones son muy llegadoras y eso es lo que te hace bueno en tu rubro…. ALEN