Del Toro pasó del sinónimo de calidad a un autor de eventos cinematográficos. El “Nolan mexicano” sorprende nuevamente y nos ofrece “Frankenstein” (2025), la cual es una buena película. La interpretación de este clásico libro que cuenta con innumerables adaptaciones hace que la versión de Guillermo del Toro brille en nuestros tiempos, pero sin cumplir con el objetivo de ser la versión definitiva de esta obra.

Netflix volvió a confiar en el director mexicano sin pensarlo luego del éxito de “Pinocho”, la cual superó la adaptación de Disney en todos los puntos a considerar en una película. Pero Netflix no se equivocó. Sumar a Guillermo a sus filas al punto de fundar en conjunto una productora de stop motion, delata la extensa y larga relación que tendrá este gran negocio para ambas partes.
Dentro de este contexto llega “Frankenstein” en un estreno limitado en cines, para así poder postular a los Oscar y luego estrenarla en su plataforma este 7 de noviembre.

El filme narra la vida del doctor Viktor Frankenstein, interpretado por Oscar Isaac, desde su infancia y la estrecha relación que mantiene con su padre médico, quien tras el fallecimiento de su esposa y madre de Viktor, lo que lo obsesiona con la muerte y el poder de crear vida. Con este hecho, nace en él una búsqueda incansable de Viktor por lograr su objetivo: volver a la vida un cuerpo humano como sea, ocupando métodos muy poco éticos. Pero olvida un gran detalle: ¿qué hará si consigue su cometido?
Honor, patria y valor
Son estas ideas que le dan “sentido” a un conflicto bélico pero que en realidad son sólo los motivos que justifican a un militar morir en una guerra y gracias a ella, y a la ayuda económica ilimitada que le ofrece un entusiasta Harlander interpretado por el gran Christoph Waltz, quien alucina y está tan obsesionado con lo que planea realizar el doctor Frankenstein, que le da un palacio, una torre más bien abandonada por la guerra, para que pueda realizar su obra maestra. Jugar a ser Dios. Lamentablemente Del Toro no aprovecha la interpretación de Waltz y se pierde en el camino.

Hasta acá no he hablado de sentimientos. Aunque entre en juego Elizabeth, interpretada por Mia Goth, quien se va a casar con Viktor a pesar de saber sus planes, pero cuando conoce a la criatura, interpretada por Jacob Elordi, medio que se excita con la deformidad de las cicatrices. No tocaremos el tema de los sentimientos porque son parte crucial de la película, son la narrativa que está detrás de la principal y es la que dice más que la que nos cuentan. Por lo mismo, no queremos espoilear la película.

Pero sí nos preguntaremos lo siguiente, ¿la obsesión por el amor lo justifica todo? Solo la “simetría de Dios” podría justificar la aberración que planea Frankenstein o tal vez Elizabeth, no lo sabemos. Pero es tan macabro lo que realiza Viktor al crear a la criatura que lo considera antinatural.

La criatura al “nacer” no sabe nada y recuerda a “Pobres criaturas” (2023), pero si hay algo que le enseña muy bien su creador y es la violencia. Lo maltrata, lo esclaviza hasta el punto de que inevitablemente pierda el control sobre ella. La cual sólo conoce dos palabras: Viktor y violencia.
Guillermo del Toro nos ofrece una criatura bastante emo y bien poco tenebrosa. Es una versión para todo público de como un muerto viviente quiere volver a ser un humano. Conoce el mundo, la nieve, personajes olvidables que le enseñan cosas de los hombres hasta el punto de que la criatura razona. Ese es el punto de quiebre en la trama para que comience su viaje de venganza en contra de Viktor Frankenstein.

Como dijimos al comienzo de esta reseña, Frankenstein de Guillermo del Toro es una buena película, pero nada más. Sus efectos especiales están bien, su ritmo es lento pero es una buena película y una de las mejores adaptaciones del libro.

DISPONIBLE EN NETFLIX DESDE EL 7 DE NOVIEMBRE
Por Mauricio Aravena Z
Sábado 01/11/2025

