Hace un par de semanas, en Lima se celebró el primer Luchalibro. Esto es un campeonato de literatura creativa, en donde los escritores ocupan pseudónimos y una máscara para cubrir sus identidades. El enfrentamiento es en vivo, en un lugar público (generalmente un bar), entre dos escritores, y las herramientas con las que cuentan para vencer a su contrincante son una laptop y su ingenio. Tienen 5 minutos para escribir un cuento, el que debe incluir obligatoriamente tres palabras o conceptos entregados al momento de subir al ring. Literalmente al ring. Todo lo que escriben, borran y titubean se reproduce en una pantalla gigante a sus espaldas. El resultado es analizado por un grupo de jueces (periodistas, escritores, artistas, músicos) quienes determinan al ganador. El que pierde, se saca la máscara y muestra su verdadera identidad ante el público. El que gana, califica a la próxima ronda y continúa en la lucha. Y el que se queda con el campeonato: tiene el privilegio de editar su propio libro en la editorial Mesa Redonda (y, claro, ostentar un auténtico título de Luchalibro profesional).
Por Cristian Ortega Puppo
El campeonato tomó vuelo y ya se está convocando para la segunda edición, la que se celebrará en Iquitos. Además, está dentro de los planes realizarlo fuera de Perú lo antes posible. Hablamos por mail con Christopher Vásquez, el cerebro detrás de esta idea, y nos contó sobre los escritores que les gustaría haber visto en el ring de Luchalibro, sobre qué lo motivó y en qué demonios estaba pensando cuando se le vino a la cabeza este certamen.
¿En qué pensabas cuando se te ocurrió LuchaLibro?
Este es un proyecto que lo tengo escrito desde el 2001 y recién 10 años después he podido llevarlo a cabo. Hace 10 años yo publiqué mi primer libro de manera independiente después de estar trabajando más de cinco años en una agencia de publicidad. Tantas vueltas por editoriales, los rechazos y el no tener contactos, me llevaron a pensar en lo difícil que debe ser para un joven escritor siquiera conseguir una cita con un editor, entonces pensé de que manera entretenida puede un escritor luchar por su primera publicación y así nació LuchaLibro, el primer campeonato de Improvisación Literaria.
¿De los escritores que más te gustan, cuál supones que hubiera sido un buen peleador en LuchaLibro?
Definitivamente me imagino a Charles Bukowski subiendo al ring, enmascarado y furioso con los dedos rapidísimos, insultando al público, siendo odiado y finalmente aplaudido. También creo que Hemingway, Salinger, Julio Ramón Ribeyro y el colombiano Caicedo hubieran hecho de las suyas sobre el cuadrilátero.
¿Qué escritor hubiese temblado al momento de subir al ring de LuchaLibro?
La verdad no me imagino a un escritor paralizado por este reto, creo que es tan excitante esta experiencia que hasta el más tímido se motivaría a escribir, la máscara es una gran ayuda.
¿Cuáles son sus expectativas para este certamen literario?
La idea es lanzar un escritor por año en la versión LuchaLibro Lima del concurso, el actual campeón tiene seis meses para preparar su obra y nuestro auspiciador la editorial Mesa Redonda, no solo publicará su libro sino que lo lanzará como escritor con notas de prensa, presentación y distribución de su libro.
Ahora mismo lo estamos llevando a la selva peruana, Iquitos, en una versión con menos fechas pero con el mismo propósito, descubrir talento y publicarlo.
¿Cómo ves el movimiento literario que existe actualmente en latinoamérica?
Mucho más débil, sin ganas de arriesgarse en la búsqueda de talento y sobre todo muy conformista.
¿Tienes conocimiento de la literatura que se está haciendo en Chile en este momento?
La verdad no podría hablar de la actualidad literaria en Chile, sin embargo, debo decir que me confieso gran admirador de Roberto Bolaño.
Y, lo último: ¿Tienes referentes de la verdadera lucha libre -la del ring y las patadas voladoras- que inspiraron en parte este concurso?
La puesta en escena de LuchaLibro, no solo trae a los escritores con máscaras de luchadores, ellos suben a un cuadrilátero donde los espera una laptop conectada a un proyector, tenemos a una anfitriona que anuncia las luchas y a un árbitro que anuncia a los luchadores y les contabiliza el tiempo. Como dato extra te puedo decir que en esta primera versión de LuchaLibro trajimos las máscaras desde México, de la tienda del luchador Blue Demon, han sido 32 máscaras distintas para que cada participante pueda tener su propia personalidad. El castigo para los perdedores al igual que en la lucha libre consiste en revelar su rostro.
LuchaLibro, es una idea original del publicista y creativo Christopher Vásquez de www.onceyonce.net y producido por Angie Silva de El Centro.
Me parece una idea excelente y excitante. Ojalá reproducir algo así en Chile. Sería entretenidísimo, además claro de las oportunidades que entrega el certamen. Además todo muy bien cuidado, la estética sobretodo. Buena entrevista.
Muy interesante, tanto como ejercicio como certamen.
¿Y si alguien termina de escribir y eyacula sobre el laptop, podría ganar?