Entrevista: Manuel Maira y al periodismo todavía le queda pasión

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¿Cuánta es la gente que se ha desencantado del periodismo en Chile? Yo me apunto. Porque en nuestro país el narcicismo es más potente que la pasión por informar. ¿Cuántos son los buenos periodistas (chilenos, activos) que se pueden enumerar? Yo anoto a Manuel Maira dentro de un grupo muy selecto.
Por Cristian Ortega Puppo
Manuel Maira: periodista especializado en música. Editor de la revista iPOP. Colaborador de música para La Tercera. Comentarios del programa de música chilena, Compilado Local. Alguna vez fue quien editó la quinceañera revista Nervio (que imprimió en sus páginas a Werne Núñez, Felipe Arratia, Isidora Cousiño, Antonio Díaz Oliva, Mauricio Aravena, entre varios otros).
Nos juntamos en un bar de providencia, pedimos un par de cervezas y comenzamos a hablar. De música, claro está. Él sabe, yo no. Él es periodista, yo no. Maira es un tipo al que se le atochan las ideas en la boca. Tiene claro lo que piensa y cómo lo piensa. Dispara: “hay mucha gente mediocre dentro de los medios grandes,  que están en esos trabajos por lucas, por poder pero no por pasión por lo que hacen”.
Del periodismo fantoche y todo eso.

Manuel Maira estuvo presente en el Pulsar 2010 moderando la charla “Música chilena en los medios”.
“Hay mucha gente trabajando en medios porque tiene que pagar cuentas, cuando debería ser al revés. Si te apasiona lo que haces, te va a llegar la plata por añadidura. Me quedó grabado lo que dijo un panelista: un septiembre reciente, en una conocida radio, no había nadie que supiera un poco de música, entonces llegaban y pasaban entero el primer disco chileno que encontraran, en vez de darse el tiempo y mezclar unas 12 canciones. Por eso, también, hay muy poca gente que se especializa en alguna materia y a esa gente generalmente le va bien, no existe la competitividad que debería”.


No es que el periodismo chileno valga callampa. No todo por lo menos, eso es lo que dice Maira. Existen pequeños rayos de luz que motivan a hacer el trabajo como corresponde. Claro, Manuel ha estado cubriendo eventos en otros países y se ha dado cuenta de sutiles diferencias. Absolutamente aplicables en nuestro país.
“Me gustaría que hubiese más espacio para la reflexión, por ejemplo en los diarios de Argentina no salen los comentarios de shows al otro día, sino que salen al día sub-siguiente. Y los comentarios son a otro nivel, le ponen más pasión, más pluma porque tienen más tiempo para hacerlo. También hay radios en Chile están muy atentas a lo que pasa en los grandes polos culturales. Una radios como la Horizonte está circunstancialmente en Chile, pero podría estar perfectamente en Londres o en cualquier capital, de hecho afuera no hay muchas radios como esa”.
¿De qué forma se podría mejorar el periodismo musical en Chile?

“Debería haber más preocupación editorial por lo que está pasando acá. Espacios regulares. Por el trabajo que hacemos en Compilado Local (www.compiladolocal.cl) he estado muy cerca de la escena musical chilena y es increíble la alta cantidad de discos saliendo, la cantidad de conciertos ocurriendo. Ese flanco está súper descuidado por los medios grandes. Si no se cubre como corresponde, estas iniciativas se pierden, porque nadie sabe qué es lo que está pasando”.

Como en todos los trabajos del mundo existen las malditas presiones externas. Gente que con los más diversos intereses están poniendo el ojo en lo que haces por si llegaras a afectar negativamente lo que ellos están tramando. En el periodismo de masas, claro está, esta presión se multiplica.
¿Cuántas son las presiones que existen detrás de un periodista al momento de criticar un evento o un artista?

“Muchas veces se critica a los medios grandes: ‘¡Y por qué no hablan de lo que está pasando en la calle! ¡Y por qué hablan de los puros artistas masivos!”. Yo recojo harto de esa crítica, pero creo que hay que tratar de meter los goles desde dentro. Si uno quiere aprovechar esa vitrina, creo que también te dan reglas del juego y uno las acepta. Si uno todas las semanas propone notas de Ismael Oddó, que está súper bueno lo que está haciendo, te van a echar de ese medio masivo, no vas a durar nada”.

¿No crees que el espectador es quien debería filtrar lo que se le da. Y empezar a armar su propia pauta a partir de lo que los distintos periodistas le entregan?

“Yo creo que pasa por los dos lados. La gente tiene su propia editorial, es como lo que pasa con Twitter, eliges a quien leer y qué leer. Pero también hay una pega que tiene que venir del periodista o del medio en general, de estar en la calle, de ver lo que está pasando. Aunque es paradójico. Yo cuando más involucrado estuve en el diario (La Tercera), estaba gran parte del  día ahí, pegando llamadas, sin ver la luz del día y golpeaba harto con muchas noticias, entrevistaba a músicos grosos todas las semanas pero al mismo tiempo fue cuando menos escuché música, cuando menos estuve en la calle. De repente me preguntaban ‘¿y qué estái escuchando?’ y yo respondía: Nada, no estoy escuchando nada nuevo, no daba el tiempo.  O sea, un periodista de música que no escuche música es brutal. Y todavía me pasa un poco, hay tanta música dando vuelta que hay que saber filtrar”.


Los famosos medios electrónicos (pointzine.com no es famoso) tienen un don que es difícil de manejar: pueden escribir lo que se les antoje. Con faltas de ortografía y todo. Con inexactitudes. Pueden putear a Álvaro Henríquez para ganar más seguidores en Facebook, por ejemplo. ¿Qué tan bueno es aquello?

“En internet pasa mucho que ciertos tipos son muy irresponsables, que por ahí están jugando más que haciendo un trabajo serio y pierden credibilidad en ese afán de hacerse notar. Por ejemplo, van a ganar varios retwitts porque le están dando a Los Tres, pero si queremos darle a Los Tres, démosle en serio, con argumentos, no con formas. Hay mucho de internet que me choca de sitios como lolillos que ocupan forzadamente el lenguaje juvenil”.

¿Cómo cuáles?

“Le pasó a la Zona en su momento. Paniko creo que tiene buen olfato, pero no comulgo con el tono, creo que no hay que ser forzadamente ‘lolo’ o joven. Disorder también está en esa onda. Son sitios que está bueno que existan, pero yo les daría más al fondo que a la forma. La forma no es tan importante, lo que importa es el contenido. Y hay hartas veces en que ellos aciertan, pero si se pulieran un poco brillaría más el contenido que al final es lo más importante de todo”.

Manuel Maira sabe criticar música. Lleva años escribiéndolas y sabe cómo se hacen. Hubo un tiempo, hace algunos años, en que en cada concierto que nos encontrábamos se ponía a redactar quince minutos antes del final los pormenores del espectáculo. Y apenas terminaba agarraba su celular y llamaba al diario para dictar la nota que tenía que estar impresa en pocas horas.
De las críticas y reseñas de conciertos.

“Yo creo que lo que he aprendido con el tiempo es que toda crítica debe tener una teoría. Tiene que diferenciarse de una reseña. O sea, tener un punto de vista sobre el artista. Mucho más de lo que simplemente pasó. Para decirlo de forma más simple, es reflejar en qué momento viene  el tipo, está acabado o no, está renaciendo, en general, sacarle una foto global al artista, al show, a lo que estés comentando”.

¿Alguna crítica que hayas hecho que te haya gustado?
“Tengo muy mala memoria, no sé. Me gustó la que escribí sobre un disco de la Christina Rosenvinge (Christina y los subterráneos), pero no la debe haber leído nadie.
Una de las ocupaciones fijas de Maira, es editar iPOP, una revista juvenil centrada en los aconteceres poperos de nuestra sociedad. Una cultura pop responsable. Con nombres y apellidos. Representando a una horda de personas que está necesitada por saber qué está pasando allá afuera. Manuel está a la cabeza.
“iPOP es un producto comercial que sale a venderse. Intenta abarcar las áreas más grandes de la cultura pop. Puede haber temas de cine, de televisión, tecnología, deporte. Todo lo que está caliente queremos que esté ahí, en Ipop. Es un producto que sale a competir a los kioscos y apuesta a ofrecer cosas que no estarán en otros lados. No somos un medio de noticias. Queremos proponer puntos de vista en cada uno de los artículos, que lo que esté en cada revista sea una mirada. A eso apuntamos”.

¿Cuánto de Manuel Maira hay en Ipop?

“Harto. Funciono con colaboradores, pero todo lo coordino yo. Las generalidades las hablo con mis jefes de la editorial, pero la fina es mía. Cuando salió el número uno era como mi hijo. Aunque ahora me avergüenzo de los primeros números, porque son feos. Hemos pulido hartas cosas, como el diseño y esa es la idea también: que cada vez vaya mejor, que haya un sello. No hay nada que no pase por mí”.

Una dura realidad: artistas nacionales v/s extranjeros en Ipop

“He visto los números de ventas de otras revistas similares y si comparas las portadas de artistas chilenos versus artistas extranjeros, siempre les ha ido peor a los chilenos. Eso es súper lamentable, pero es una realidad. Uno no puede cambiar eso de un momento a otro. Por más que quisiera poner de portada a los Fother Muckers, sé que me va a ir peor que si pongo en portada a Bono, por dar un ejemplo. Pero ahí está el desafío de poder equilibrar. Adentro puedo poner una nota de Javiera Mena o Denver con varias páginas y buen espacio, y más encima que esa nota se leerá en otros países. En Argentina, en Perú está Ipop. A veces me cuentan que en el Obelisco vieron Ipop y eso nos tiene súper contentos”.  

¿Cuántos mails mensuales llegan de estudiantes de periodismo con el complejo de “Casi Famosos”, diciendo que son los mejores escritores del mundo?

“Tengo una carpeta y los guardo todos. Me pasa harto. Escriben que quieren colaborar, de hecho hay un tipo que escribe todas las semanas, a veces dos veces a la semana y me trata de ‘usted señor editor’, de ‘don Manuel’, muy raro. Yo creo que si alguna vez aparezco muerto el culpable va a ser ese tipo, investíguenlo a él. Generalmente respondo y de vuelta me pone “claro, como tú dijiste en esa frase hace dos meses…”, igual es para asustarse un poco. Yo igual estoy súper atento a la gente con talento. Me motiva mucho las ganas que hay, leo todos los mails de ofrecimiento, todos los currículums. Me encantaría tener una revista de mil páginas y que todos escriban. Pero soy súper mañoso con quién escribe”.

Gustos personales:
“Creo que Denver hacen grandes canciones, Alex Andwander está sobre la media, la tiene muy clara. También me gusta mucho lo que hace Astro. Los veo en vivo en Loreto, en cualquier lado, y creo que podrían estar en cualquier festival del mundo. Suenan súper bien, tienen onda, actitud. Superaron el trauma histórico del rockero chileno de ser apocado, tímido, de no creérsela. Ellos simbolizan todo lo contrario y, aparte, con buena música. Y en los más consolidados: Los Bunkers son la mejor banda de rock de hoy, son el equivalente a Los Tres hace poco más de 10 años”.

1 COMENTARIO

  1. Me encanta manuel maira. Los viernes me siento a ver su programa compilado local en el canal del senado y siento que programas como este deberian estar mucho mas apoyados por el consejo nacional de televisión, además de emitirse en canales , los cuales, tenga acceso toda la población y no solo los que tienen tv cable en su casa.

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