
Por: Mauricio Aravena Z.
¿Estás poniendo atención?
Según Nolan, Memento e Inception son las mejores películas de su carrera. En las dos y en realidad en todas, el formato de la narración, como se cuenta la película, se basa exclusivamente en la temática central del film y no necesariamentente tiene un orden lógico; sea la magia, un multimillonario superhéroe, insomnio, los sueños o la pérdida de la memoria cortoplacista. Como espectadores vamos a sufrir las patologías de los protagonistas para saber la verdad, pasaremos por sus procesos. Resulta una agonía pero esa es la clave. Por ejemplo, guiños de cámara y las fotografías con frases en Memento, revelan su significado a medida que avanza el drama pero dejándonos sin memoria de corto plazo, al contar una historia al revés de un tipo que también no tiene memoria de corto plazo, mientras nos dura el recuerdo de la escena que pasó hace 15 minutos atrás. Un verdadero juego que confunde a la primera y tiene la particularidad de hacernos creer que somos cinéfilos, porque entendemos todo al final. Nolan no deja ningúna de sus historias a medias y todo lo que tiene por decir, lo dice en ellas. Sin dobles lecturas. En su última película el estilo se consolida. Inception es introducir una idea dentro de otra mente, sembrar su origen, su razón de ser y permitir que se desarrolle. Aquí Leonardo Di Caprio como Dom Cobb, no sólo es un roba-ideas, también sabe sembrarlas y todo a través de los sueños. En ellos, lo que percibimos es real hasta que despertamos; porque los construímos con la creatividad, agregando detalles como el color de una polera, gracias a lo que conocemos. Pero soñar con recuerdos es lo que no hay que hacer y como Cobb lo hace a menudo, corriéndo el riesgo de perder la noción de realidad, y uno saliendo del cine con los cables cruzados, pensando nuevamente en el final ¿será real lo que ocurre?. Y en todas sus películas es lo mismo, por eso sus trabajos, gradualmente, han sido mega producciones, con afiches del porte de un edificio o construyéndo una cueva llena de murciélagos, con cascada incluída en un angar de Australia; tiene una fórmula que parece inagotable, al hacernos experimentar con la historia que nos cuenta, sin necesidad de lentes 3D. Pero no es suficiente para el director Inglés.
El epílogo de Batman se viene duro; el súperhéroe ahora es el enemigo público de Ciudad Gótica y será perseguido como criminal porque así lo decidió, en The Dark Knigth. Autosacrificio. Christian Bale, quien interpreta a Bruce Wayne, realiza un papel con las mismas características en el Gran Truco: el mago Alfred Borden, para montar su gran acto “el transportado”, también tiene que autosacrificarse. La lista sigue: Al Pacino, en Insomnia interpreta a Will Dormer, un policía de los Angeles que llega a Alaska para resolver el asesinato de una joven y al descubrir al asesino, Robin Williams, entrega algo de sí para poder concluirlo. Lo mismo en Memento, lo mismo en Inception. Narrativamente, las obsesiones de Nolan dentro de su mundo interno, transcurren en estos ámbitos. Son verdaderas representaciones del cómo lo que nos pasa, tiene que ver exclusivamente con nuestras acciones. Para apoyar más esta idea, en todas sus películas está la muerte de alguien importante para el protagonista, lo cual determina su actitud. Una nueva forma de ver lo que sigue, y es esta decisión la que hace andar la máquina durante el film, enlanzando la historia prinicipal con el resto de los personajes. Todas sus películas fluyen en distintas carreteras que viajan hacia el mismo lugar. El hombre y sus errores, hacerles frente, a veces con la necesaria condición de perseguido, culpable y lleno de remordimientos.
Son sus trucos, las reglas que maneja cuando se encierra en su garage pensando en las grandes empresas y el dominio que pueden tener sobre nosotros, desde Batman Begins como argumento tranversal, está en su discurso explícito. Heath Ledger, Joker, disfuta su antagonismo compitiendo por una ciudad contra un hombre que tiene el mismo egoísmo pero diferentes motivaciones, guerra de poderes, verdaderos actores políticos. Christopher Nolan y su infinita facultad de decir lo que quiere, estando tres semanas en el número uno en el mercado norteamericano, sentado en la gloria, ya puede hacer lo que se le ocurra. Si hoy son sueños, y antes la memoria o el autosacrificio, mañana seguirá la crítica por quienes tienen las motivaciones de lograr que pensemos como quieren, y ese leve olor a pop corn
Descarga sus originiales
Falta following. Nice try faggot.